miércoles, 8 de junio de 2016

Junio

El paso de los años y mis propias circunstancias vitales han traído algunos regalos inesperados. Uno de ellos es la recuperación del placer de junio, ese mes maravilloso y maldito, que en la infancia fue la promesa de los veranos interminables, del sol y los descubrimientos, y que luego quedó sepultado por el peso insufrible del tiempo de exámenes, de, más tarde, el papeleo, el cierre de los cursos, las memorias. 
Recuperar junio, los días largos, las cerezas en los árboles, las puestas de sol a las diez de la noche, las conversaciones, la vida extendiéndose como, de nuevo, promesa de lo que será.
En algún sitio suena una vieja canción, y se hace de noche muy despacio. En algún sitio hay un latido,  y otro, y el hueco que entre uno y otro admite labios y silencio cómplice.

Recuperar  junio, amar sus días, despertar en los brazos de un amanecer insomne.

miércoles, 1 de junio de 2016

Recuperar algunas cosas


La vida es extraña.
Ayer presenté una novela de una autora que me gusta mucho, Teresa Moure, en la Librería El Bosque de la Maga Colibrí. Y fue bonito estar con ella. Conocerla, para empezar, porque aunque habíamos tenido un encuentro en las redes, nos faltaba abrazarnos. Fue fantástico hablar y hablar de tantas cosas. Y compartir con la gente del público su visión sobre la novela, y sobre temas como los conflictos morales, la rebeldía, la maternidad y sus formas. 
Fue bonito estar ahí, recuperar una parte de mí misma, tan necesaria. 
No puedo olvidarme de que esa soy yo.
Luego, la noche me trajo una sorpresa inesperada en forma de confesión: hay alguien que ya lee este blog. Ahora sé que escribo para una persona, tan clandestina en su faceta lectora como en la mía de autora. 
Y tiene su emoción.
La foto es de El Comercio. Es gracioso, porque en el pie de foto, yo soy la librera. Y a mi nombre le falta una U