martes, 26 de abril de 2016

Toc, toc... ¿Hay alguien ahí?

No. Aún no. El título es engañoso, porque esta entrada y otras más permanecerán en el reino de lo clandestino. Esta entrada, en realidad, es para mí. Es una reflexión y una pregunta.

No sé si sigue existiendo la blogosfera, o del mismo modo que el vídeo mató a la estrella de la radio, las redes sociales, tan rápidas, tan facilitas, se llevaron por delante la mayor parte de los blogs. Los que yo leía (aquella comunidad tan estupenda que llegamos a formar hace ya unos cuantos años) han permanecido de forma desigual, pero algunos siguen ahí. Y han crecido. Me gusta pasearme por ellos, aunque no deje comentarios. Volveré a hacerlo. 
Hoy es un día complicado. La posibilidad (tan real ya) de una nueva campaña electoral, me pone los pelos de punta. Demasiado implicada en lo personal, porque de no ser así, viviría la situación contemplándola con interés de entomóloga. Y hasta divertida. Pero no es el caso, claro. Y eso me lleva irremediablemente a un deseo de exilio, de ocultarme hasta después, de encuevarme. Por eso, a lo mejor, (y por otras tantas cosas) este blog. Para construirme una isla y traer aquí solo a aquellos que sepan de naufragios. Por la compañía. Por el calor. 
La huida. El refugio.

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